Mientras observaba a los mineros del oro descender las empinadas laderas de la Serra Pelada de Brasil, el fotógrafo brasileño Sebastiao Salgado no podía evitar lanzar una reflexión: “La única manera de bajar una ladera es corriendo, si te paras, te caes”. Con esta misma premisa, fruto de una aplastante lógica y de una todavía más aplastante gravedad, el ultramaratonista Kilian Jornet ha subido y bajado el Cervino, el Kilimanjaro o el Monte Everest.

A diferencia del primero, del que pocos han oído hablar a pesar de ser uno de los grandes fotoperiodistas de nuestra época, el segundo, un fuera de serie de este deporte, ha creado sin querer toda una legión de admiradores e imitadores que pretenden ‘volar’ de la misma manera en la que él se desliza colina abajo con la única ayuda de sus piernas, sus pulmones y un equilibrio sobrehumano. Son los practicantes del trail running o simplemente correr fuera de pista, normalmente en montañas y cuanto más escarpadas mejor.

A esta nueva especie de runners no es difícil verlos cualquier fin de semana equipados de pies a cabeza con zapatillas de varios cientos de euros y descendiendo como locos por laderas de Collserola, Pirineos o la sierra de Madrid en las que un fallo te podría costar una visita (o dos) al dentista o aterrizar directamente en la camilla del fisioterapeuta más próximo.

“A nivel estadístico podemos decir que hasta el 80% de los runners se lesiona al menos una vez por temporada. Si a esto añadimos la dificultad de correr en lugares escarpados, te puedes hacer una idea de a lo que te expones”, explica Alex Álvarez, fisioterapeuta y co-responsable de la Clínica del Corredor, un organismo de formación continua para profesionales de la salud que se ha convertido en una referencia mundial en prevención de lesiones en la carrera pie.

Al parecer, la mayoría de las personas que se inician en este deporte cometen el error de querer progresar demasiado rápido sin tener en cuenta su adaptación física ni el desarrollo de la técnica. “En el trail running hay un cambio del patrón motor a cada pisada y una necesidad muy grande de saber leer el terreno, cada piedra o desnivel requiere una adaptación del ritmo o la técnica y esto penaliza mucho a los corredores con menos experiencia”, aclara el especialista.

Por último, el experto nos introduce en el debate más apasionante que el mundillo de los runners de montaña: minimalistas contra maximalistas. Básicamente y para que lo entiendas, se trata de las dos posiciones que existen a la hora escoger el tipo de calzado más adecuado para la carrera. Mientras que los maximalistas apuestan por zapatillas como las Hoka con una suela más gruesa y acolchada de lo normal, los minimalistas prefieren una suela finísima con la que sentir mejor el terreno.

“El problema de las Hoka y este tipo de calzado es que al estar tan acolchado se pierde la sensación con el suelo y se puede observar que el pie tiene menos estabilidad. En cambio, los que prueban las zapatillas minimalistas se hacen daño con las piedras y se quejan de que les ralentizan, aunque esto hace que inconscientemente aumentes la cadencia y mejores tu lectura del terreno”, dice Alex que, para no hacernos un lío, recomienda ir tendiendo hacia minimalismo según progresemos.

“Ocurre lo mismo que con los deportes de combate: según lo vas practicando vas endureciendo tus tibias y demás partes del cuerpo. Con esto del calzado minimalista es igual y, cuanto más se refuerza la musculatura y tejidos de la planta del pie, más fácil se te hace adaptarte a la manera de correr de los pros”, concluye el experto. Al final, con el tema del trail running pasa como con la mayoría de deportes de moda: la gente se flipa y quieren presumir antes de tiempo. Así que ya sabes, no corras tanto y disfruta la bajada.

 FUENTE: http://www.codigonuevo.com/como-hacer-para-no-dejarse-los-dientes-practicando-el-deporte-de-moda-del-verano/
AUTOR:  EDU SOTOS

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